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Campesino ejecutando el tres

El surgimiento de la luthería en Cuba está muy ligado al propio origen de nuestra nacionalidad. De igual manera que los criollos son una mezcla de culturas y credos nuestros instrumentos musicales son una confluencia de las singularidades europeas y africanas, moldeados según las necesidades y particularidades de los habitantes de la Isla.

Posterior a la conquista española en Cuba, al igual que en el resto de los países latinoamericanos, estos instrumentos traídos por los colonizadores fueron evolucionando según el gusto y los recursos disponibles. Así, por ejemplo, la bandurria contralto tan apreciada por los campesinos por sus tonos menos agudos y por poseer un diapasón más ancho que facilitaba la ejecución con sus manos rudas, devino en lo que hoy conocemos como laúd cubano, soporte del son montuno y el punto.

Por otra parte, según coinciden numerosos estudiosos de la música cubana, las modificaciones sufridas en nuestro país de la guitarra renacentista de cuatro órdenes dio lugar al nacimiento del tres, nuestro instrumento nacional, indispensable para géneros musicales como el kiribá, nengón, changüí y el son.

Diversas investigaciones sugieren que este instrumento nació en comunidades serranas de la región oriental, fabricado con herramientas muy rústicas y materias primas básicas como la güira galeona, yagua, piel de animal bien curtida, tripas de jutía y cajas de madera para envasar bacalao, entre otros y que fundamentalmente fueron hechos con machete, lo cual da fe de la incipiente luthería autóctona que va surgiendo en el país.

A inicios del siglo XX en las ciudades ya existían prestigiosos nombres de lutieres que se dedicaban a la construcción y comercialización de instrumentos europeos. Entre ellos están Pascual Roch, Salvador Iglesias, Manuel López, Ancelmo López, González Cháves, Miguel Compañy, entre otros. Muchos de ellos darían continuidad a la profesión durante los años venideros, ya con la inclusión del tres entre sus fabricaciones debido a su expansión por el país y la popularidad que alcanzó junto al son.

El tres, tal como lo conocemos hoy, define sus funciones musicales y sociales así como su concepto constructivo a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX.

A principio de los años 60 se deprime considerablemente la construcción de instrumentos musicales por la desaparición de los talleres y las casas comerciales, así como la carencia de materias primas. No obstante, algunos lutieres se mantuvieron activos como Pablo Quintana, Basilio Bonachea, Raúl Lage, Carlos Rodríguez Martín, Natividad Valdivia, por mencionar algunos.

En la actualidad hay un rescate de este oficio, que es sostenido, en gran parte, por lutieres de forma autodidacta que han bebido de la tradición de la luthería en Cuba.

Tres de ángulos pronunciados Tres de ángulos pronunciados Tres de ángulos pronunciados