Luis Alberto Perera García. Guitarrista del Dúo “Mutuo Acuerdo”

“Mis dos instrumentos: la guitarra y el requinto, construidos por Amed Camilo López de Santa Clara, son como mis hijos. No se venden ni se cambian.

Es por esta razón, que cuando tuve la guitarra en mis manos, fue un golpe emocional, un sueño hecho realidad. Y sentí, al tenerla, que me llevaba un pedazo del alma de Amed, porque él “pare sus instrumentos” con el mismo amor, pasión y entrega con que una madre pare a sus hijos. Y ese pedazo de alma, se me hizo también alma dentro e hizo brotar en mí muchos deseos de tocar.

Su sonido cumplió con todas mis expectativas. Yo la quería así, con bajos profundos porque soy guitarrista acompañante. Cuando la toco, ellos me resuenan en la caja toráxica. Es como si habláramos el instrumento y yo. Aun con cuerdas regulares o vencidas el instrumento mantiene su volumen.

Yo trabajo más bien en lugares abiertos, de poca acústica. Sin embargo, se logra escuchar el instrumento. Los bajos viajan, se mantienen fuertes y llegan a todos los rincones del lugar, aun cuando el área esté llena de personas hablando.

Su sonido y construcción llaman tanto la atención que en México me preguntaron quién era el luthier.

Músicos como Dagoberto Quesada (guitarrista cienfueguero), Roberto Arrechea (integrante del septeto del Chalet de Valle) y otros, coinciden en que el color de la madera es interesante y el sonido es excelente. Esta guitarra siempre genera comentarios, y más aun cuando se tiene también en cuenta su resistencia. Hace tres años que la tengo y la uso 6 horas diarias, sin contar el tiempo de ensayo. A veces la utilizo para trabajos nocturnos y no hay dudas de que la guitarra es de pelea. ”

Miguel López Ramos. Guitarrista del grupo campesino “Renacer” y del Septeto “Unión”

“Yo tengo una guitarra de Amed desde el 2009 y desde que la vi y la toqué me gustó mucho. Aquel sonido potente, que se proyectaba con facilidad era con lo que había soñado. Era el volumen que necesitaba para las exigencias de mi trabajo acústico. Los graves se destacan mucho, suenan tanto que los sonidistas profesionales con los que compartimos equipo de trabajo a veces se desconcentran porque no están acostumbrados a ajustar un sonido tan fuerte. En ocasiones, incluso, tengo que tapar un poco la boca porque el sonido dura mucho. Generalmente, los sonidistas vienen a verme y me preguntan: “¿qué es lo que tiene esa guitarra?, porque me cuesta darle el nivel”. Yo me encojo de hombros y les digo: “pregúntenle al constructor”.

Me gusta su timbre dulce. La tocas duro y no distorsiona. Su afinación es incomparable y puedes lograr lo que quieras con su sonido. Es un “cañón”, como decimos nosotros. Muchos músicos ofrecen sus puntos de vista o elogios sobre ella como Janier López (laudista de Albita Rodríguez), Orelvys Romero (tresero de mayor trayectoria en la provincia, con experiencia internacional en Brasil y Bulgaria e integrante del septeto de música tradicional “Bella Costa”) y Manolo Hernández (guitarrista del grupo campesino “Renacer”, con 40 años de experiencia. A todos ellos les impresionó mucho el sonido y la afinación.

Entre otros, también quiero destacar al tresero de Barbarito Torres (Paco) quien pensó que era una guitarra de alguna fábrica extranjera y me preguntó en seguida por la identidad del luthier.

Bueno, la lista sigue. No quiero dejar de mencionar a miembros de la Comisión Nacional de Evaluación que también la elogiaron; a Roberto Novo (guitarrista del grupo “Los Novos”), Lázaro García (uno de los trovadores más importantes de Cienfuegos) y Carlos Núñez (alumno del laudista excepcional Barbarito Torres). Todos ellos son sus fieles admiradores.

Al final la guitarra hasta me ha ayudado a volverme famoso, ya que cada vez que me presento en un escenario la gente dice:”mira, ese es el chamaco de la guitarra buena hecha en Santa Clara…”

Yo tengo una frase preparada para cuando me vienen a ofrecer dinero por ella:”ni se vende ni se presta”.” Hazte una que a lo mejor te queda hasta mejor que la mía”. Y es que gracias a esta guitarra Amed y yo ya tenemos nuestra historia.

Ella me ha inspirado a ser mejor músico, a interesarme más por el estudio y pasamos hasta más de 5 horas juntos. Es como mi segunda mujer y Amed, bueno, Amed es mi amigo. El es muy serio, preocupado y muy comunicativo. Le interesan mis preocupaciones y confío plenamente en él. Como ahora, que recién le encargué un laúd y cuando él me preguntó cómo lo quería le dije:

Tienes toda la libertad para hacer lo que quieras, tú eres un salvaje.”