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Siempre hemos sido sensibles a las inquietudes de los músicos, tratando de caracterizar nuestra obra por un intercambio profundo entre sus necesidades y nuestras posibilidades reales de ayudarlos a conformar sus proyectos. La guitarra barroca que construimos para el grupo Ars Nova es un fruto de esta vital interacción. Nacida del florecimiento y el cultivo de la música antigua por diversos grupos cubanos y la realización cada dos años del festival Internacional de Música Antigua Esteban Salas y cada vez más se hace más necesario la disponibilidad de instrumentos que permitan este tipo de ejecución.

La observancia de algunos instrumentos de este tipo fabricados en Europa, más la participación en un taller elemental impartido por el lutier francés Didier Jarny nos hizo comprender la magnitud del trabajo a realizar.

Recordemos que la guitarra barroca fue un instrumento que brilló entre los años 1600 a 1750 alcanzando una de sus mejores expresiones en la familia francesa Voboam. Puede considerarse una guitarra primitiva pues utiliza cuerdas y trastes de tripas de animales, atándose estos últimos alrededor del brazo y el diapasón. Incluso su forma de construirse difiere notablemente de las construcciones contemporáneas.

Por ello pudimos apoyarnos en toda nuestra experiencia anterior y elaborar una metodología propia de construcción ante el gran déficit de información y los limitados recursos de que disponemos en Cuba. Así, logramos una guitarra barroca, que responde en su diseño, tímbrica y proyección a la sonoridad y apariencia de los instrumentos utilizados en esa etapa cultural de la humanidad.

Incorporamos además soluciones que la adecuaran más a una explotación severa y en condiciones de clima complejo como el nuestro permitiéndonos obtener reconocimientos de músicos, lutieres y de medios de prensa nacionales e internacionales.

Otros instrumentos construidos por Amed Camilo

Guitarra   Laúd   Requinto   Tres

Angélica María Solernou Martínez. Directora del Conjunto de Música Antigua “Ars Nova”

La guitarra barroca construida por Amed fue un sueño casi imposible hecho realidad.

Era un enorme reto lo que le planteaba: hacer un instrumento europeo del siglo XVII “a lo cubano” (maderas, herramientas y soluciones para nuestro país) y que cumpliera con los estándares básicos (sonido, medidas, decoración, acabado). Acompañado de un enorme trabajo investigativo por no contar con mucha información sobre el tema en Cuba.

Pero Amed aceptó el trabajo con mucha responsabilidad. Nos comunicamos constantemente.

Una de mis propuestas al concebir esta guitarra fue aumentar su fortaleza en comparación con los originales que son más débiles en su construcción. He aquí todo un reto: construir un instrumento que se adaptara a nuestro clima, resistente para un uso constante y en diferentes lugares del país y que tuviera un período prolongado de vida. Todo esto sin variar el sonido, el cual tenía que ser lo más parecido posible a sus parientes de Europa. Amed lo logró con creces y no solo es una apreciación mía, sino también de Aland el cual dijo que era excelente en cuanto a sonoridad tímbrica, que responde a la que tienen los instrumentos franceses (modelo en el cual se basó el luthier). Otro músico que también lo valoró muy positivo fue el reconocido laudista y guitarrista de instrumentos antiguos Hopkinson Smith (americano), a quien le pareció interesante a partir de soluciones constructivas propias de Cuba. ”

Por tanto, creo que es un instrumento histórico y uno de los pioneros en nuestro país. En él se respetan los parámetros constructivos del estilo, tanto en su estética como en su sonoridad. A la vez que es bien cubano porque en él se resumen materiales, soluciones buscadas para sustituir herramientas y métodos de trabajo, así como el espíritu de lucha.

Afina perfectamente. Se logró un ajuste, valorado como excelente por Aland López, que permitió el mantenimiento de un mismo calibre de los trastes (es menester recordar que en este tipo de instrumentos los trastes no son pequeñas barras fijas de metal, sino imitaciones de tripas de animal anudadas en el brazo) en una mayor extensión del diapasón en comparación con los demás instrumentos que Aland había probado hasta la fecha. Eso facilita el ahorro de materiales bien caros, ya que con un solo calibre puedes colocar más trastes. También ayuda al concertista en su ejecución pues la estabilidad en los trastes contribuye a que tenga mejor referencia a la hora de pisar las cuerdas. ”